Esta semana hemos visto las primeras imágenes del Observatorio Vera C. Rubin. Y son impresionantes. El vídeo de arriba, elaborado a partir de más de 1.100 imágenes captadas por el observatorio, comienza con un primer plano de dos galaxias para luego ir quitando zoom hasta mostrar unos 10 millones de galaxias. Estos 10 millones de galaxias representan aproximadamente el 0,05% de los 20.000 millones de galaxias que captará el Observatorio Rubin durante los 10 años que durará su Legacy Survey of Space and Time o LSST.
Situado en Cerro Pachón, Chile, a 2.682 metros de altitud, el Vera Rubin dispone de un telescopio con un espejo primario de 8,4 m y 16,78 toneladas de peso y una cámara de 3.200 megapixeles formada por 189 sensores CCD que a su vez pesa 2,8 toneladas. La cámara tiene un campo de vista equivalente a 45 veces el tamaño de la Luna.
Con ella mapeará el cielo austral cada 3 ó 4 noches durante los 10 años que se prevé que dure el LSST. Esto supone que obtendrá imágenes del mismo trozo del cielo unas 800 veces, lo que permitirá detectar cambios en el cielo que nos dejarán tanto estudiar la evolución de los objetos ya conocidos como detectar otros que no teníamos fichados.
Al fin y al cabo comparar imágenes del mismo fragmento del cielo tomadas en distintos momentos ha sido históricamente uno de los métodos más utilizados para descubrir objetos antes desconocidos en el cosmos.
La cámara LSST, que tiene el tamaño aproximado de un coche, y es la cámara digital más grande del mundo – J. Orrell/SLAC Lab
Los sensores de la cámara – J. Orrell/SLAC Lab
De hecho en apenas diez horas de observaciones el Vera Rubin descubrió 2.104 asteroides que nunca habíamos visto antes. Si tenemos en cuenta que cada año todos los telescopios del mundo descubren unos 20.000 esto da una idea de las capacidades del nuevo telescopio. En ese tiempo también fue capaz de detectar aproximadamente otros 1.800 que ya teníamos fichados, lo que valida su funcionamiento.
Eso no sólo nos permitirá entender mejor cómo se formó y evolucionó nuestro sistema solar sino que también nos da una nueva herramienta para detectar asteroides potencialmente peligrosos. No vaya a ser.
Un detalle sorprendente, más allá de todo lo que se ve en ellas, es que estas imágenes se recogieron muy al principio del periodo de puesta en servicio del telescopio. La primera luz se produjo el 15 de abril. Y apenas un par de semanas después, los sistemas ya funcionaban lo suficientemente bien como para recoger estas imágenes y compartirlas con el mundo.
Lo de los 3.200 megapixeles es un poco difícil de pillar, pero desde el telescopio lo explican diciendo que para ver una imagen completa sería necesario desplazar unas 1.000 veces la pantalla de un móvil estándar, lo que vienen a ser 152 metros de desplazamiento. Cada noche de funcionamiento del telescopio producirá unos 20 TB de datos, para un total de 500 PB cuando termine con el LSST. Así que además del telescopio ha habido que diseñar y poner en marcha un sistema de almacenamiento accesible en línea para que la comunidad científica pueda acceder a todos esos datos.
Por cierto que la estructura del telescopio en la que van montados los espejos y la cámara, denominada TMA (Telescope Mount Assembly, Conjunto de montura del telescopio), ha sido diseñada por GHESA Ingeniería y Tecnología, a la que seguramente conoces aunque no lo sepas porque participó en la construcción de las T4 y T4S del aeropuerto de barajas, y construida por Asturfeito, las dos empresas españolas.
El TMA¹ ya terminado – Rubin Obs/NSF/AURA
Todo esto suponiendo, claro que la administración Trump no decida retirarle o reducir a límites ridículos la financiación, que por ahora le llega a través de la National Science Foundation, Fundación Nacional para la Ciencia (NSF), y la Oficina de Ciencias del Departamento de Energía, Department Of Energy, DOE. Por cierto que por eso el Vera Rubin el realidad se llama oficialmente Observatorio NSF-DOE Vera C. Rubin.
Lo de Vera Rubin, por supuesto, es en honor a la astrónoma que nos llevó a intuir la existencia de la materia oscura, quien lamentablemente no ha vivido para verlo en marcha.
Sin embargo, el telescopio propiamente dicho se llama Simonyi Survey Telescope, SST, en honor a los 20 millones de dólares que el multimillonario Charles Simonyi donó para su construcción. Se ve que no se les ocurrió cómo meter las siglas de Bill Gates, que puso otros diez millones.
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¹ Sí, yo también he pensado en él.